Dar una mano a alguien es mucho más que hacer un favor. No es dedicar unos minutos que te sobran o prestarle algo a alguien. Es dar una parte tuya, es darte vos, es aferrarte y aferrar al otro. Cuando el mundo se vuelve un abismo y todo se cae tus manos no se aferran a algo, se aferran a alguien, alguien que no te deja caer. Cuando vos diste tu mano ya no hay forma de soltarla, ya no es tuya, está unida a la del otro y las dos manos son una. Las manos nos unen, nos suman, cuando damos la mano dejamos de ser yo para ser nosotros.

Cuando a la deriva estés
y pienses que no podés lograrlo,
es tranformar esa energía, la tomás
y es tu fuerza... más positivo estás.

Tu sabes que tu sonrisa me va a salvar,
tu sabes que mi sonrisa te va a contagiar.

Y que se sienta, que se escuche,


que se vea tu presencia.

Hay tantos imposibles posibles

y sólo vos podes cambiarlo todo...

Hay veces en la vida que tenemos que tomar decisiones, que tal vez no son las mas adecuadas y por esas decisiones perdemos a ese ser que tanto quisimos y fue una parte esencial en nosotros. El amor es tan extraño, inexplicable, tan difícil de comprender. Cuántas veces no vamos a la cama con ganas de no volver a despertar, pero como yo pienso: Las cosas siempre pasan por algo. Es imposible comprender por qué sucede, el por qué después de tantas cosas que viviste junto con esa persona, todo se te va de las manos, y no poder hacer nada… Pero recuerda eso que dicen: lo que tarda tiempo en llegar, tarda tiempo en irse, o es porque se vino a quedar, con vos y siempre hay que ver hacia adelante, aprender a vivir de el error, y no con el.