Cuesta decir las cosas de frente. No es fácil decir lo que pensamos, como y cuando lo pensamos. A veces decimos: bueno, está vez lo dejo pasar. Pero es esa vez, la próxima y la próxima también. Y no me refiero solamente a las críticas o las cosas que no nos gustan del otro. Sino también a las cosas que sentimos por el otro. A las cosas buenas que vemos en el otro. A cuanto la necesitamos o lo bien que nos hace estar con ella. ¿Por qué nos olvidamos tan fácil de decir te quiero, precisamente a esas personas que más queremos? A esas personas con las que nos sentimos llenos, que no hace falta mostrar algo que no somos, porque nos aceptan como somos, con nuestras virtudes y nuestros miles de defectos