viernes, 3 de septiembre de 2010


¿Nunca te pasó mirarte al espejo decir: "que mierda es mi vida"? Es horrible, pero te pintás un poco, te arreglás el pelo y seguís. Después, de repente, un día te tropezás y te das cuenta que seguís pensando igual, que no cambió esa idea de tirar todo a la mierda. Pero volvés a tomar la decisión de seguir. Un día, cagandote de risa, frenás un poco, parás, bajás de ese estandarte en el que estás parada, y pensás... pensás mucho. Empezás a fijarte qué esta bien, qué esta mal. Rescatás lo bueno, lo malo. Tus virtudes y tus miserias. Después de pensar tanto, te das cuenta que todos esos defectos que tenés, te hacen mujer, te dan la capacidad de amar. Ahora sonreís, sos felíz. Ahora te parás frente a la vida, y te das cuenta que sos carne y hueso.

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